domingo, 18 de noviembre de 2018

SEGUIMOS SIENDO DIFERENTES

TENEMOS QUE DAR UN GOLPE EN LA MESA
Nuestra Hermandad sigue siendo única. Para lo bueno y para lo malo somos diferentes, ni mejores ni peores, pero enormemente distintos.

Acaba de terminar la Semana Santa 2018, y nos hemos distinguido por ser la única Corporación que no ha completado la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, dándonos la vuelta antes de dirigir nuestros Sagrados Titulares por la calle de las Sierpes, llevado a cabo una huida, a todas luces desafortunada, quizás por un exceso de información o por una mala interpretación de los partes meteorológicos que fuimos recabando, demostrándole a la Sevilla cofrade un ejemplo de improvisación y una falta de seriedad en la calle que pone en entredicho la capacidad de una Diputación de Gobierno que, año tras año, deja al libre albedrío de la providencia nuestro discurrir por las calles de la ciudad.
¿Hasta cuando vamos a tener que seguir soportando la incompetencia de un Diputado Mayor de Gobierno más predispuesto a coordinar las irregularidades de una Sección Musical que sigue pasándose por el forro de sus caprichos sus propias Normas de Régimen Interno que a redactar un protocolo de actuación para que en el caso de contingencias de gravedad, la cofradía actúe como un engranaje perfectamente engrasado, consiguiendo con ello una actuación diligente, eficaz y ecuánime?

Es imposible coordinar un grupo de Diputados y Enlaces con tan solo dos reuniones anuales, mucho más cuando por su falta de eficiencia y empatía con los componentes del mismo, ha conseguido que se retiren en estampida más de un tercio de sus componentes, sin la previsión de una lista activa de hermanos, que sin duda, les encantaría pertenecer a este colectivo, para desgraciadamente tener que acometer esos huecos con un personal sin la formación adecuada por su falta de previsión.

En ningún momento quiero entrar a valorar la decisión de regresar sin terminar la Estación de Penitencia, ya que si nos ponemos en los zapatos de quien tiene que tomar la decisión y asumir las consecuencias, probablemente le daría un voto de confianza, partiendo de la base que en el ánimo de todos los hermanos que participamos en el cortejo nos gustaría disponer del divino don del acierto. Todos quisiéramos terminar nuestra Estación sin que la lluvia hiciese estragos o entrar en una iglesia próxima antes de que la tormenta destroce nuestro patrimonio material y humano.  ¡¡¡Faltaría más!!!

Lo que es indiscutible, es la falta de previsión y el espantoso ridículo que hicimos en plena calle por una gran falta de comunicación, de coordinación y de sentido común, consiguiendo destrozar un cortejo que quedó desangelado y sin información alguna, y en el que los primeros tramos se enteraron antes por programas e radio y redes sociales de la suspensión de la Estación de Penitencia que por los propios diputados responsables de sus tramos.

La increíble decisión de entrar en un templo hermano, cuando tardó más de media hora en empezar a caer la ínfima llovizna que se advirtió, cuando en tres chicotás hubiésemos conseguido llegar hasta nuestro Santuario sin tener que romper el cortejo, causando el esperpento que pusimos en valor no disponiendo de las herramientas adecuada para liberar los zancos del paso del Señor para sortear el pórtico de la Iglesia de la Anunciación.

Y por supuesto, una vez que se ha finalizado la Estación de Penitencia, la inconcebible cantidad de tiempo que tardamos en llevar a nuestros Titulares en lo que ya podríamos determinar como traslado (más de tres horas) jugando nuevamente a los pasitos.

Dejemos de improvisar por favor. El Diputado Mayor de Gobierno no está solo para representarnos en reuniones del Conejo y el día de la salida, es trabajo de todo el año, donde ha de demostrar que es una persona válida e inteligente, implicado al 100% en la responsabilidad que le ha sido encomendada y que proyecta, para lo bueno y para lo malo, nuestra imagen, nuestro buen hacer y nuestra dignidad en la calle.

Señor Diputado Mayor, haga reuniones con su equipo, dialogue con ellos mientras más mejor. Acople a ese equipo a los posibles hermanos que quieran pertenecer al grupo y que vayan formándose, para que en el caso de las posibles bajas, se encuentren suficientemente preparados para desempeñar sus funciones. Propugne la creación de un protocolo de contingencias donde queden recogidas las posibles intervenciones que surjan en este tipo de situaciones, y con ello, no dejar nada a la improvisación. Y sobre todo, ya que la Sección Musical es parte integrante de la Hermandad, déjele esa responsabilidad a uno de los Consiliarios sin funciones específicas y no lleve los dos departamentos, ya que es evidente que ninguno de los dos funciona bajo su dirección.

Por favor, señor Diputado Mayor, abandone los palermos o abandone
los tambores y los pitos.....o mejor, por el bien de nuestra querida Hermandad de los Gitanos abandone los dos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARTÍCULOS MÁS VISITADOS