domingo, 18 de noviembre de 2018

EL LARGO ESTÍO COFRADE

VERANOS SIN COFRADÍAS
Las benévolas calimas del recién estrenado estío hace que las hermandades sevillanas entren en un somnoliento letargo que se prolongará en el tiempo hasta que la festividad de la Natividad de Nuestra Señora, allá por los comienzos de Septiembre, sirva como pistoletazo de salida a la apertura de un nuevo curso cofrade.

El calor de estos meses servirá para marcar la pausa perfecta a una cascada de ideas novedosas, de cambios en puestos de mediática responsabilidad y posicionamientos corporativos que se irán cociendo, muchos de ellos, a la sombra de un renombrado chiringuito donde se seguirán tratando los mismos temas añosos de siempre y, donde su única diferencia la determinará el uniforme informal de un bañador de marca que sustituya al rancio traje oscuro habitual, o al papelón de calamares, croquetas de jamón y adobo por una olorosa ración de plateadas sardinas o un pincho de espeto si la orilla de la playa se sitúa en la Costa del Sol.
Siempre la misma rutina anual, siempre lo mismo, siempre igual.

Los responsables de nuestro Consejo de Cofradías continúan lanzando bengalas provocadoras de cortinas de humo con colores de dimisiones presidenciales, para de esa manera, poder difuminar a los atónitos ojos de esta incrédula ciudad, el reiterativo incumplimiento de promesas electorales libres de cargas, de excusas con tintes de largas cambiadas en propiciar soluciones a los gravísimos problemas que originan la seguridad, los horarios, los itinerarios y la carrera oficial, proyectando semblantes de preocupación manifiesta pero, mirando de reojo hacia poltronas de mayor pedigrí que se pudiesen quedar huérfanas y, a su vez, intentando sibilinamente equilibrar riesgos para evitar desagravios a los que se autodenominan padres de la patria cofrade, que una vez llegado el caso, pudiesen con sus apoyos, afianzar los recónditos fines inherentes a la condición humana.

La cúpula de la curia hispalense también cambiará los elegantes trajes con cleriman invernales por finos y frescos trajes de temporada para mitigar los rigurosos mensajes del astro rey. Desconozco si en localidades cercanas a la costa o bajo los refrescantes efluvios de una consola de aire acondicionado con apellidos orientales. Disminuirán las labores pastorales y los devotos a las misas dominicales sustituirán, en estos días, la asistencia a los templos por paseos bajo el sol y baños playeros.

Pero con alzacuellos de verano o de invierno las directrices emanadas desde la Plaza Virgen de los Reyes siguen siendo tan incomprensibles para la mayoría de los mortales como las que vieron la luz el verano anterior, y el anterior, y el anterior...

Agravios comparativos entre Corporaciones, miradas de disimulo hacia otro sitio en asuntos económicos, falta de sensibilidad en el trato social y toma de decisiones arbitrarias que favorezcan la buena intercomunicación con los estatus insignes de la ciudad, evitando discrepancias y divergencias entre élites metropolitanas y, la mayor parte de las veces, obviando sensibilidades de las castas que jamás les ha sido reconocido el derecho a la réplica. 

En nuestra propia Hermandad de Los Gitanos, también se ralentizan los tiempos, también se realizan las diásporas hacia los lugares vacacionales, también nos atacan las calores, también cerramos las puertas de la casa de hermandad por vacaciones, pero la vida sigue discurriendo igual, monótonamente plana, sin soluciones a corto plazo.

Una buena medalla y una buena corbata en el día adecuado conseguirán que sigamos siendo cofrades importantes. Un razonamiento en el seno un grupo y el contrario en el grupo opuesto nos harán acreedores del virtuosismo cofrade e indispensables en los estados de opinión. El dominio del estatus del políticamente correcto conseguirá que se vayan paulatinamente cumpliendo nuestras expectativas. El pago de favores con los que quedamos hipotecados en fechas anteriores se irá realizando con delicada parsimonia para que así, vayan quedando satisfechos los diferentes grupos que componen la totalidad de la Corporación. Solo hay que conseguir regar unitariamente a cada árbol para que la totalidad del bosque siempre se sienta satisfecho y si algún seto discrepante lo altera con su inquietante presencia, simplemente optaremos por podarlo.

Nuestras hermandades disfrutan de su letargo estival, pero en sus mentes pensantes, en las mentes de sus mandatarios y en las de los dirigentes de esos mandatarios se sigue pergeñando el nuevo curso cofrade entre sardinas de chiringuito, baños y paseos playeros.

Siempre la misma rutina anual, siempre lo mismo, siempre igual. 

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