domingo, 18 de noviembre de 2018

LA CRUZ DE NUESTROS NIÑOS

LA CRUZ QUE MARCARÁ A NUESTROS NIÑOS
En nuestra Hermandad, a veces, propiciamos situaciones de las que no siempre nos debiéramos sentir orgullosos, unas veces por falta de conciencia y otras por falta de interés. No siempre actuamos arropados por corazones blancos, sin intereses ni soberbias, sin utilizar la búsqueda de medallas intangibles ni intereses para demostrar lo importantes que pudiésemos llegar a ser dentro de la Corporación.

Pero cuando los corazones se desbordan con grandes ideas y falta de protagonismos surge la magia y provoca el valor auténtico de la palabra Hermandad, consensuando que los participantes de estos acontecimientos puntuales disfruten libremente con la cercanía de los nuestros, ya sean mayores, jóvenes o niños para descubrir el auténtico valor de la Hermandad de Los Gitanos.
Este cruce de astros se produjo el día que un hermano cualquiera, de una junta cualquiera, se le ocurrió poner en marcha la feliz idea de la creación de la procesión de nuestra Cruz de Mayo, el verdadero día de nuestros niños, donde ellos son los auténticos protagonistas y sus familiares y hermanos de la Corporación, los que con nuestras enseñanzas les insuflamos el legado de los más de 250 años de historia que nuestros antecesores nos fueron transmitiendo de igual manera.

Es un día grande en la Hermandad, donde los protagonistas, los hijos pequeños de los Gitanos, nos retrotraen en el tiempo y nos devuelven al pasado, con connotaciones diferentes pero, con instantes paralelos que hacen que pasadas generaciones revivan momentos incomparables ya antes vividos.

Es evidente que es un acontecimiento religioso, no podría ser menos, pero en esta tierra, en la que tanto nos gusta que finísimas especias aderecen nuestros eventos procuramos engrandecer que nuestros rezos se mezclen con músicas flamencas, sabores de platos de migas y caracoles, mezcla de incienso con el aroma de un buen arroz y abrazos sinceros con una cervecita en la mano, todo ello con la contemplación del sutil movimiento de un pequeño paso que navega por su barrio sobre los pies de jóvenes almas blancas que realizan su parvulario de faja y costal entre palmas y caras de orgullo de sus mayores.

Quisiera agradecer estos incomparables instantes a los padres de esos pequeños que con su procesionar con cirios e insignias, costales o música engrandecen un día al año al alma de nuestra Hermandad. 

También quisiera recordar a tres "almas mater" de este gran día. Tres personas que apostaron fuerte porque esto sea un acontecimiento común en nuestro curso cofrade y que con su insistencia consiguieron que calara en los corazones de todos los hermanos.

Base importante por conseguir imbuirle esa esencia que necesitaba fue nuestro antiguo hermano mayor Antonio Vargas. Él permitió que saliese del Santuario por primera vez, instauró una misa antes de su salida con todos los participantes en el cortejo consiguiendo que nuestros pequeños se sintieran como lo que son, gente importante  y,  a su vez,  hacer mucho más sublime nuestra Hermandad.

Otro bastión de este acto fue nuestro antiguo prioste Luciano Conde (q.e.p.d.). Él consiguió el salto de calidad con el diseño y la confección de las andas del pasito actual, involucrando a la Hermandad, a su Junta  de Gobierno y a la carpintería Alboreá, con la que colaboramos a través de nuestra bolsa asistencial, dejando de procesionar aquel antiguo paso que en su momento fue la génesis de este acto pero, que se nos iba quedando corto con el arraigo del acto en los corazones de pequeños y mayores.

Y por último,  Antonio Cantalejo Villarreal, que desde los comienzos de este evento siempre ha estado llevando la infraestructura humana, el alma de esos niños que sueñan con ser algún día los pies de sus Sagrados Titulares, y que con su cariño, paciencia y toma de conciencia, hubiese sido casi imposible que la siguiésemos disfrutando en nuestros días.

Dios bendiga nuestra Cruz de Mayo y a todos esos pequeños que hacen que este acto singular consiga la importancia que realmente tiene. 

Dios bendiga a la Hermandad de Los Gitanos y a todos sus hermanos y devotos.



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