viernes, 8 de marzo de 2019

LOS QUE CREAN OPINION

LOS QUE CREAN OPINION
Vuelve a la carga el ínclito hermano mayor del Gran Poder respondiendo una tanda de preguntas sobre horarios e itinerarios de la madrugá. Parece que para "producirle hartazgo el tema en cuestión", le ha cogido el gusto a las entrevistas de la prensa morada, donde da la impresión que se mueve como pez en el agua. Hasta ahora es el único máximo mandatario de las Hermandades de esta jornada que se hace prolífico entre los gacetilleros del ramo. Esto se está pareciendo cada vez más al "Chiringuito de Jugones" donde, a pesar de la existencia de veinte equipos en primera, lo único que se le da importancia es al Madrid y a el Barcelona.

Y eso sí, siempre dejando los alfileres lingüísticos envueltos entre catecismo, hermandad, fe y caridad cristiana, pero dando continuamente pábulo a esos "periodistas de élite", santificados con la bendición de su única verdad y con el don de crear opinión para favorecer a los grandes y poderosos.

¿Por qué no se pregunta al hermano mayor de San Esteban que opina de las decisiones tomadas con respecto a el Martes Santo?. ¿A caso, la opinión del hermano mayor del Sol no estan importante como la de cualquiera de los demás hermanos mayores?.
Posiblemente ese tipo de opiniones no se venden igual o no tienen el mismo precio.....perdón, quise decir peso en el plano periodístico.

Empieza a llegar el momento en que los hermanos mayores de la gran cantidad de hermandades de la nómina de la Semana Santa, que siempre son obviados por estos medios de comunicación, se pongan en su sitio y respondan con los mismos desaires cuando sean requeridos para hacer declaraciones puntuales. Estaría bien que estos máximos representantes de hermandades habitualmente marginadas a la información, metan en un cajón los egos y las soberbias personales derivadas de sus cargos, y cuando sean solicitados para algo que interese a esos gacetilleros olvidadizos, se les diese una callada por respuesta, o un elegante "no hacemos declaraciones", situándose en el lugar que les corresponde en virtud de la confianza que los hermanos de sus Corporaciones depositaron en ellos en su día.

La información que interesa de la mayoría de las Hermandades es, simplemente, cuando en su seno ha habido un desfalco, una gresca, un capataz cesado o algún golpe por accidente en el procesionar de sus pasos. Todo lo demás, que con grandes esfuerzo se va realizando durante el año, entre tantas y tantas Corporaciones de la ciudad, no se les da la mínima categoría de noticia.

Eso sí, cuando alguna de las hermandades de la élite zurce un pañuelo antiguo, borda una servilleta bautizándola con un nombre poético, o cambia el timbre de la Casa de Hermandad, se desborda la prensa escrita, las emisoras de radio y televisión y las web capiroteras, haciendo eco de estos eventos como si la ciudad dependiese de ellos.

Va siendo hora que nos pongamos en nuestro sitio, y que valoremos los esfuerzos que hemos ido realizando con los desvelos de todos los buenos hermanos que nos precedieron, y que padecieron circunstancias con bastantes más dificultades y precariedades que los actuales.

Deberíamos de dejar de sentirnos importantes por haber aparecido en una foto en cualquier portal de internet y, de esa manera, pavonear nuestra falsa modestia entre familiares, colegas y amigos.

Y deberíamos de eludir y, a ser posible, obviar a todos esos gurús de nuestra Semana Mayor y a sus opiniones casquivanas con las que pretenden sentar cátedra de sus interesados pensamientos, minimizando cualquier tipo de actitudes, ideas y propuestas que no vengan de ellos o de los propios círculos de opinión en los que se encuentran circunscritos, para salvaguardar a esas falsas élites a las que nos seguimos sometiendo y de las que somos inexplicablemente consentidores.

Solo una observación en el paralelismo deportivo. Si todos los equipos de la primera división se negasen a ser televisados por la gran diferencia existente en las percepciones económicas por este concepto con respecto a los dos grandes, solo se prodrían televisar durante el año el Barsa-Madrid y el Madrid-Barsa. O se someterían al sentido común, o ellos tampoco percibirían nada.

Ojalá este ejemplo paralelo pudiese ser retomada las Hermandades que no estamos consideradas como élite, seguro que algunos hermanos mayores hablarían menos en los medios y actuarían con un corazón más abierto.  

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