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LA TEMPLANZA DEL PODER |
Deberíamos saber contenernos, eso denota equilibrio interior. Deberíamos, a veces, ponernos en las manos unos guantes de amianto, momentos antes de pulsar las teclas de un móvil o el teclado de un ordenador, dejando tallados para la posteridad nuestros pensamientos en el frío muro de una red social, de donde también somos presos de nuestros renglones y dueños de nuestros puntos y aparte.
El escritor debiera saber en qué parte de la mesa se posiciona, ya que, partiendo de la base que el valor de lo que se expone ante nosotros es idéntico pero que, a su vez, tiene tintes circunstanciales, ya que desde una parte de la mesa veremos la figura de un seis y desde la de enfrente, se percibirá el contorno de un nueve.
Eso mismo nos hemos encontrado en el día de hoy, entre los vericuetos de los diferentes muros, que a modo de periódico dominical, nos acompaña entre los cafés, zumos y tostadas mañaneras de un fin de semana corriente.
Un hermano de nuestra Corporación, por supuesto con todo el derecho que le asiste, muestra su queja más contundente por el trato recibido hacia nuestra Hermandad, en las diferentes web dedicadas a la información cofradiera, donde esta última semana, siempre según su percepción, se ha obviado dar pábulo al brillante y mayor culto interno en el que los hermanos tenemos la oportunidad de participar en el transcurso del año, y que como contrapunto, esas mismas redes son diligentes a la hora de airear cualquier circunstancia anómala que pudiese acontecer durante el curso cofrade.
Por supuesto, no está falto de razón. Y esta circunstancia no tendría una trascendencia significativa si el hermano en cuestión no ocupase el cargo de Teniente de Hermano Mayor.
Es cierto que la queja la suscribe a título personal, pero no es menos cierto, que el cargo lo lleva adherido a su propia persona durante estos cuatro años en los que democráticamente ha sido elegido para desempeñarlo, sobre todo, si los comentarios que firma, se refieren al plano de la Semana Santa y a sus Hermandades y Cofradías, quedando este término fielmente reflejado en los diferentes comentarios que se han adherido al hilo de su escrito, y a los que algunos hermanos, casi siempre los mismos, cercanos a la Junta de Gobierno, se han proliferado enviando fervientes apoyos al "Teniente Hermano Mayor", por salir en defensa de los posible derechos mancillados por los plumillas informáticos cofrades. Por lo tanto, podemos advertir que un mensaje a título personal, trasciende, incluso para los que lo aplauden, al plano institucional.
Si un hermano, tenga el cargo que tenga, expresa sus comentarios en redes sociales de alguna situación que produzca discrepancia con su forma o modo de tratar un tema en particular, nos parece, a todas luces, que está asistido por el derecho de su libertad de opinión.
Pero cuando nuestro Teniente de Hermano Mayor, con un criterio personal, expone la llantina del "no me hacen caso ninguno nada más que para cosas malas", la única reacción que proyecta, es el pataleo del Segundo Oficial de una Hermandad de corta de espíritu e identidad pequeña, por lo que nada tiene que ver con nuestra Corporación, la cual es muy importante y debería sentirse siempre muy importante.
Esta salida de tono, que en honor a la verdad, si somos coherentes con nuestras opiniones, es un caso aislado y nada habitual en las formas de actuar de nuestro Teniente de Hermano Mayor, ha conseguido con su actitud, dejar un poco descolocadas a tantas personas que hemos sabido valorar la capacidad que ha demostrado fehacientemente en innumerables ocasiones.
Queremos pensar que es un cambio de actitud ante la prensa y las redes sociales, o como contrapunto, una nueva hoja de ruta en la dirección de la Hermandad, y que de ahora en adelante, cuando se reciba una crítica a través de redes sociales, nuestro ínclito dirigente, también entrará a saco en la "defensa de la Hermandad". Cuando se reciban críticas por los incumplimientos de la Regla, entrará a saco también. Cuando se participe en la Estación de Penitencia sin pagar la anualidad en reiteradas ocasiones, se volverá a entrar a saco. Cuando salgan escritos y decisiones del Consejo o Palacio ninguneando nuestros derechos, nuevamente se entrará a saco. Cuando los hermanos no hagan comentarios de ningún aspecto en los que se hayan estado trabajando, de nuevo a saco y sobre todo, cuando las diferencias económicas que se han asumido como errores pero que se han guardado en el cajón de la memoria, seguro que también entrará a saco. O quizás no.
También sería vital que los hermanos que han aplaudido y alabado la actitud en cuestión, cuidasen sus declaraciones escritas, ya que a veces son de ida y vuelta con frases que no son lo más adecuadas para impulsar el espíritu de una asociación basada en la fe cristiana.
Frases tales como: " Ladran, luego cabalgamos...o algo así" Creemos que los hermanos de los Gitanos no tienen por costumbre utilizar el ladrido a modo de expresión, y normalmente utilizan un tono de educación eminentemente de un nivel superior al de la desafortunada frase.
"Pobre de aquel que usa, manipula y manosea los bienes ajenos para lucro propio, quien juega con sentimientos para llevarlo a su terreno. Lástima que algunos medios sean tan corruptos cuando de caridad se trata.."
Hay que tener cuidado cuando se habla de uso, manipulación o manoseo. Mi abuela siempre decía que todo te puede caer encima menos un buen abrigo en el invierno, aunque cuando hablamos de caridad, a veces desde la propia caridad, te puedes tropezar con un buen abrigo que, con toda seguridad, no debería estar destinado al fin que realmente tuvo. Seguro que alguien nos entiende.
En una Corporación con casi 7000 personas existen muchos puntos de vista, Y en una prensa como la cofrade 7000 compromisos. La Hermandad ha entrado en un tono de tranquilidad desde dentro hacia fuera y desde fuera hacia dentro, no lo fastidiemos con salidas de tono innecesarias y por parte de los responsables de su dirección que al menos cuenten hasta el 7000 antes de darle al dedito.
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