Justo un mes después de sentirse obligado a tener que hacer una rectificación disfrazada de una difuminada disculpa, dada la desafortunada comparación realizada para con nuestra Corporación, tras hacer un irónico guiño de similitud xenófoba con el Ku Klux Klan, y que llegó a producir una infinidad de críticas en las redes sociales, generando la pronta reacción de una queja oficial de la Hermandad y, a su vez, la diligente respuesta de disculpa por parte del propio Director de ABC.
Tan solo un mes y el ínclito plumilla de la prensa morada vuelve al ataque contra la Hermandad de Los Gitanos dejándose caer con que:
"Más para el 2023 que para el 2022. Si el Gran Poder vuelve por Cuna y los Gitanos van por la Alameda pienso que mejoraremos mucho. Y creo que no habría que hacer ni permutas".
El oráculo volvió a abrir su bocaza intentando mediar organizando el trabajo de los responsables del orden y los horarios en la Carrera Oficial, que por cierto, han dilapidado dos años en el que se han tomado un largo periodo de irresponsable asueto, desperdiciando una vez más la consecución de un acuerdo, para incitar a la aportación de un cúmulo de maliciosas soluciones distantes a las que los cofrades de la Madrugada del Viernes Santo llevamos esperando más de una década, o al menos, las Cofradías que más parones y desaires venimos padeciendo.
Por supuesto, haciendo uso del criterio más favorecedor para las corporaciones revestidas con el halo mediático, sus opiniones son expresadas con la clarividencia de la parcialidad en sus escritos, bendiciendo a las mismas con una finísima vehemencia, no sea que cuando se acerquen "los días señalaitos" como cantaba el genial Raimundo Amador, estas le cierren el grifo de las posibles exclusivas, las puertas de sus Casas de Hermandad o la asistencia de algunos miembros de sus Juntas haciendo declaraciones que adornen sus artículos o a personarse ante sus micrófonos verde esperanza pagados por todos los andaluces.
Por si aún no se ha enterado nuestro singular oráculo, o no se quiere enterar que es lo más probable, la Hermandad de los Gitanos sufre indignantes y reiterados parones a la entrada de la Carrera Oficial año tras año, sufriéndolos en silencio como esas incómodas venillas que se inflaman dolorosas en sálvese sea la parte.
Tenemos más que asumido que la jornada no se pueda adelantar en su horario, atendiendo solamente a argumentos prosaicos y reiterativos que cada año hacen que nuestra Corporación se le conceda la venia a su cortejo ante el palquillo con las primeras luces del alba.
Casi hemos aprendido a no discutir con los intransigentes responsables religiosos al llegar a la Catedral, esos mismos que nos instan a que pasemos por las naves de misma como si fuésemos las cuadrigas de Ben-Hur, convirtiendo el momento más importante de nuestra Estación de Penitencia en una desafortunada gincana de carreras y atropellos para obligarnos a cumplir unos horarios cada vez más retrasados con los que nos han ido obsequiando algunas de las Cofradías que nos preceden como una pesada e injustificable rémora.
Pero lo que de verdad esperamos conseguir de los responsables de nuestra Hermandad es que no admitan nunca que nos anulen de las calles de toda la vida, que se borren en el recuerdo las huellas de los que nos precedieron, que se difuminen los surcos tallados por nuestra historia remitiéndonos a una Alameda que no tiene nada que ver ni con nuestra Cofradía, ni con nuestra Hermandad ni con el sentimiento de los hermanos y devotos de esta Corporación de la Puerta Osario.
Estamos acostumbrados a padecer, a vernos ninguneados por los responsables cofrades, por los mandatarios religiosos y por los oráculos de la prensa morada. Somos la Hermandad de Los Gitanos y, haciéndole honores a nuestra historia lo hemos soportado casi todo, pero esta bendita etnia y los que aún no perteneciendo a ella la queremos profundamente, ha dejado la huella de sus ruedas y de su cultura por miles de caminos, pero se ha de tener en cuenta que todos esas sendas caminadas han sido elegidas por ellos mismos, sin doblegarse jamás a tomar atajos organizados por terceros, ni a ser derivados hacia otras lindes para ser eliminados como estorbos de los que siempre han mandado en la ciudad.
Podría salir el Silencio una hora antes, o el Gran Poder podría hacer su entrada una hora más tarde dejando a un lado la tan manida concordia con la Macarena. Triana podría volver a su cuarto puesto seguida por Los Gitanos como por derecho les corresponde, siendo el Calvario el responsable del cierre de la jornada. Podría el Silencio esperar cuando llega de vuelta a la intersección de Cuna con Orfila respetando la prioridad de la que va hacia la Carrera Oficial y no siendo favorecida la que viene de vuelta, convirtiéndonos así, de una Cofradía de madrugada en una de amanecida.
Querido Oráculo Cofrade, hay mil opciones para buscar una solución a la que estamos seguros que se llegaría si la tan cacareada buena voluntad que brilla por su ausencia, se pusiera sobre la mesa de reuniones de la calle San Gregorio y no sobre la mesa de redacción de una emisora de radio o de un periódico en busca de aplausos y medallas.
Solo pedir a los dirigentes de nuestra Hermandad de Los Gitanos que sigamos siendo hermanos de la gran cofradía de la "Madrugá" sevillana, pero que desde este mismo momento donde algunos "espabilados" ya comienzan a lanzar ideas ventajistas, sepamos exponer nuestra cuota de dignidad y exigir el respeto que nuestra Corporación se ha ganado en casi tres siglos de historia, ya que de no ser así dejaremos de ser hermanos para seguir siendo los "primos" de la jornada.
Cuanta razón llevan esas palabras. Somos la Hermandad de los Gitanos, pero eso no significa que tengamos que soportar, como hicieron los de esa "bendita etnia" (a la que no pertenezco) más discriminaciones ni afrentas por ser eso, solo una Hermandad fundada por GITANOS:
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