domingo, 2 de febrero de 2020

CUANDO TE QUEDAS SIN MEJILLAS

Hemos dejado atrás una semana trascendente en nuestra Corporación, de la que no nos podemos sentir especialmente satisfechos debido al trato que, una y otra vez, se nos sigue mostrando y que seguimos asumiendo sin hacernos valer lo suficiente.

El pasado lunes 27 de Enero, tuvo lugar la reunión de Hermanos Mayores en el Consejo de Cofradías para la puesta en común de los reiterativos problemas de una madrugá que, como de costumbre, seguimos sin recibir ninguna satisfacción y mucho menos soluciones.

Lo único que tenemos más que asumido es la pérdida de 5 minutos en nuestro tiempo de paso por Carrera Oficial, después de la ínclita fórmula derivada del conteo de las personas que participaron en la Estación de Penitencia el pasado año.


No se comenzará ni un minuto antes la jornada, los apaños de las que mandan y mandarán por los siglos y los siglos, serán los únicos acuerdos que verán la luz. No existirán cambios de orden, aún asistiéndonos el derecho y, por supuesto, seguimos sin ejercitar ni siquiera el recurrente, en estos casos, derecho al pataleo, porque aquí, en esta bendita ciudad, mandan los que mandan, que serán los mismos que seguirán mandando.

En esta misma semana hemos podido observar ejemplos claros:

. La Exaltación se les recomienda que no soliciten sacar el misterio en salida extraordinaria. (Así que mejor se eviten solicitarlo, no sea que alguien se mosquee)

. San Esteban sigue siendo ninguneada en un Martes Santo donde ha quedado demostrado que, como en cualquier jornada, cada uno va a lo suyo, asignándole a una cofradía de intramuros, un horario de salida, como si viniesen desde Sevilla Este

. Los Gitanos, tras el caramelito del Vía Crucis, se les ha puesto una cremallera en la boca y gracias.

En estos momentos puntuales, en el tablero de nuestra Semana Mayor, parece que lo único importante es la Exposición del Gran Poder, el monumental cartel de dicho acontecimiento que parece que lo ha pintado Velázquez, su ruta turística por los barrios en otoño (con vuelta en su paso incluida) o la nueva túnica bordada que le han realizado al Señor de Sevilla.

¡Ah! que se olvidaba, y el enorme sacrificio que las cofradías de negro ruán hacen en la madrugá, debido a su amplia nómina de nazarenos y la gran cantidad de cruces conflictivos y parones que tiene que sufrir. Eso sí, siempre en parejas de a dos (valga la redundancia), nunca de a tres como Hermandades de cola y cirios al cuadril como San Gonzalo, El Baratillo, etc, etc.

Pero después de esta nueva bofetada padecida a principios de la semana, en el día de hoy, en nuestro Santuario, en nuestra propia casa, con motivo de la Solemne Misa, colofón del Triduo dedicado a nuestra Madre de las Angustias, viene a predicarnos nuestro Sr. Arzobispo. Un pastor de la Archidiócesis que si que tiene fechas para predicar a los hermanos de Los Gitanos en un día como el de hoy, pero que jamás tiene libre su calendario para regalarnos su sagrada oratoria en nuestra Función Principal de Instituto, casualmente, porque año tras año, las tiene comprometidas con la Hermandad de la Macarena.

Pues bien, queremos pensar que el Sr. Arzobispo tiene una formación lo suficientemente sólida como para saber que cuando una familia, la de Los Gitanos, te invita a su casa, se necesita tener un mínimo de cortesía para que los anfitriones no se sientan molestos con unos desatinos verbales que rozan el mal gusto.

Si algo no te satisface, las normas de educación marcan que no se debería usar la prepotencia de un cargo para lanzarnos críticas a la cara bajo nuestro propio techo, a los que con tanta ilusión e interés le ha invitado.

Sr. Arzobispo, nuestros Sagrados Titulares presiden el Altar Mayor de nuestro Santuario durante todo el año con las puertas abiertas durante todo el día. En la jornada de hoy, el Señor de la Salud no se encontraba en nuestro presbiterio, porque precisamente, la Solemne Función que Vd., con tan mal gusto ha presidido, está dedicada a la Virgen de las Angustias, encontrándose estos días nuestro Nazareno en la Capilla Sacramental, la cual consideramos el lugar más digno e íntimo de todo el templo.

Un lugar recogido para la oración y donde se encuentra Jesús Sacramentado. Nosotros, los hermanos de Los Gitanos, estamos seguros que en ningún caso, desmerece tan preferente lugar, la presencia de nuestra Sagrada Imagen.

Nos hemos llevado más de 100 años en la parroquia de San Román, y el único segmento de tiempo en el que nos era permitido el uso del Altar Mayor de nuestra antigua sede era para la realización del Triduo y del Quinario y jamás le ha sido dictado desde Palacio Episcopal a los párrocos con los que hemos compartido el espacio, la obligación de ponerlos en el altar, a pesar de no ser presidido por ninguna imagen titular de Cristo o su Santísima Madre.

De todas maneras, los Hermanos de los Gitanos, les damos las gracias por su madrugón en el día de hoy para obsequiarnos con el disgusto con el que ha regalado a nuestra Junta de Gobierno y a todos los que lo hemos escuchado con atención.

La Hermandad de Los Gitanos se ha quedado ya sin mejillas que poner. Son tantos los reveses que estamos asumiendo que, como ya le digo, no nos quedan más mejillas sin golpear.

Quizás, por actuaciones como la del Pastor de nuestra Archidiócesis en el día de hoy, en la que nos hemos sentimos insultados en nuestra propia casa, hermanos hartos de este tipo de agravios, toman nuevas opciones, otras iglesias, otros cultos en los que probablemente se sientan más cómodos y más queridos. Y no solo los hermanos de etnia gitana, como nos ha señalado en la homilía de hoy, los que no lo somos, también llegamos en ocasiones a planteárnoslo.

Afortunadamente, los calendarios no perdonan y todos tenemos en el desempeño de nuestras labores profesionales fecha de caducidad. Gracias a Dios. 

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