Pero como simples mortales nos hemos dejado llevar volviendo a caer en la tentación asemejándonos a un Adán cualquiera, incapaces de rechazar la manzana del descuido social y sumergiéndonos de nuevo en la triste realidad de rebrote de esta maldita pandemia a la que nunca deberíamos de haberle perdido el respeto.
La vacunas con las que han empezado a inocular a los diferentes sectores de la población, con toda seguridad, nos irán acercando poco a poco a esa forma de vivir a la que estábamos acostumbrados. Volveremos a una ansiada normalidad que, en estos momentos nos pilla ciertamente distante. Volveremos a tener contacto con vecinos, amigos y familia, nuestras arraigadas tradiciones renacerán con nuevos bríos. Costales, capirotes, trajes de flamencas, mantas rocieras y botos camperos volverán a salir de los olvidados altillos y baúles otorgando nuevamente sentido a nuestras vidas. Aunque eso habremos de retomarlo poco a poco, sin prisas, asegurando con firmeza cada paso que vayamos dando hacia la continuidad de una perdurable salud para todos.
Desde hace ya casi un año, los hábitos y las dinámicas de operar de nuestras Hermandades han sufrido cambios. Ni tuvimos ni tendremos en este año Estación de Penitencia, los cultos se han realizado con aforos limitados, besamanos que han cambiado su formato, se han pospuesto conferencias, pregones, reuniones entre Corporaciones y algunas cosas más que han dejado el mundo de las Cofradías sumido en un letargo permanente. Todo ello lo hemos llevado con paciencia y resignación a la espera de vientos más favorables.
Pero entre los diferentes actos anuales de una Hermandad de Penitencia, y situando nuestro atención más directamente en nuestra Hermandad de Los Gitanos, existe uno que especialmente nos preocupa como son los Cabildos Generales.
En nuestra Corporación ya se ha suspendido un Cabildo General Ordinario de Memoria que no se pudo celebrar el pasado mes de Junio, el cual, y atendiendo al comunicado en las redes sociales oficiales de la Corporación, se le daría curso conjuntamente con el Cabildo General de Cuentas y Presupuestos previsto para finales del presente mes de Enero, y del que tenemos constancia que, en el ánimo de nuestra Junta de Gobierno, se encontraba poder darle curso.
La situación actual de contagios se han agravado después de las fiestas navideñas, y el Arzobispado, a través del responsable de Asuntos Jurídicos, el Rvdo. Padre D. Miguel Vázquez Lombo, ha remitido a las Hermandades de la Diócesis un comunicado en el que insta a las misma, salvo en casos muy especiales, a solicitar una dispensa para postergar cualquier Cabildo General que estuviese previsto para estas fechas, dando la seguridad que dichas solicitudes de dispensas serían admitidas a trámite.
Estamos totalmente de acuerdo que la prioridad de salvaguardar la salud de los hermanos es motivo suficiente para que nuestra Junta de Oficiales se plantee hacer efectiva esta posibilidad y, por supuesto, lo entendemos como una acción totalmente plausible si es que se llevase a cabo.
Dicho lo anterior, en el caso de nuestra Hermandad, nos crea una especial preocupación el tener que postergar un Cabildo General tan importante como el de Cuentas y Presupuestos debido a una total falta de información que el general de la nómina de la Corporación mantendría hasta que pudiese celebrarse.
No tenemos constancia de de los movimientos económicos que se han realizado en un curso cofrade tan singular. Desconocemos el montante de los pagos y cobros que se han echo efectivos con motivo de la suspensión total o parcial de la actividad en el Santuario y la Casa de Hermandad, de los diferentes actos y cultos y de la propia Estación de Penitencia. No disponemos de datos de los posibles ahorros o gastos extraordinarios a los que hemos echo frente, ni de los acuerdos a los que se han llegado con proveedores y profesionales con los que mantenemos relación. Tenemos una total falta de información de la incidencia económica de la Bolsa de Caridad en sus gestiones en estos momentos tan críticos. Y como final, a los hermanos, seguro que les gustaría tener constancia de la salud económica de nuestra Hermandad en estos momentos y de las fluctuaciones que han sido necesarias acometer en los presupuestos aprobados en el último Cabildo General.
Si posponemos otro Cabildo tendríamos, a la fecha, tres pendientes, la siguiente fecha se tendría que trasladar al mes de Junio en el que, debido a la propia pandemia, tampoco podríamos asegurar la viabilidad de hacerlo efectivo y, por supuesto, no sería nada conveniente llevar cuatro Cabildos Generales a Enero de 2022, sobre todo, con la proximidad de la convocatoria de un Cabildo General de Elecciones a un mes vista.
La acumulación de incógnitas y falta de información produce el desconcierto y, con unas elecciones de por medio, esta podrían llegar a suscitar un desafortunado caldo de cultivo para llegar a las urnas.
Esperemos que la decisión que tome nuestra Junta de Gobierno, valorando de antemano la dificultad de acuerdos de tanta transcendencia, sea la más propicia y acertada para todos esos hermanos deseosos de información y preocupados por todas las circunstancias que nos han rodeado el pasado año y, desgraciadamente también, en el que acabamos de aterrizar.
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