Nuevamente tenemos que volver a enfrentarnos con la única verdad de nuestras vidas.
De nuevo despertamos con la ausencia de un hermano de Los Gitanos que se nos esconde entre las entretelas del recuerdo.
Una vez más, alguien a quien queremos, y digo queremos, en presente, porque su recuerdo permanecerá infinitamente entre todos nosotros, nos privará de disfrutar de su presencia terrenal por haber recibido la llamada de la verdadera fe de su corazón.
El Señor de la Salud y su bendita Madre de las Angustias están preparando la Cuaresma. Están llamando a filas a los hermanos sobradamente preparados para hacerse cargo de la Cofradía de la Gloria para que su procesionar sea el adecuado.
Se dieron cuenta que el incremento de hermanos, exactamente igual que en la cofradía terrenal, se está haciendo cada año más palpable en sus filas y han tomado la decisión de contar con un Diputado Mayor de Gobierno que les organice el cotarro.