Desde esta redacción hemos querido mantenernos al margen del proceso electoral, para así, salvaguardar los criterios que los hermanos con derecho a voto en la jornada del domingo 30 de Enero, no se pudiesen sentir influenciados en su toma de decisión, a la hora de depositar su confianza en cualquiera de los dos candidatos dispuestos a portar la vara dorada de la Hermandad de la Puerta Osario.
Asumimos desde hace 4 meses en circunscribirnos en una posición absolutamente neutral, interviniendo tan solo en presentar por este medio las diferentes informaciones, actos y proyectos que, tanto en directo, como a través de las distintas redes sociales o medios de comunicación, se han ido exponiendo en este periodo de tiempo.
Ahora, llegado el momento de someterse a la democrática toma de decisión del conjunto de los hermanos, nos gustaría realizar una pequeña reflexión en el desarrollo este proceso y de las diferentes expectativas de futuro que ambos candidatos han ido exponiendo en estas últimas fechas.
Dos hermanos procedentes de añejas familias históricas de esta Corporación, con la suficiente experiencia en su desarrollo como Oficiales de Junta como para otorgarles los créditos necesarios para poder acometer la dirección de la Hermandad durante el próximo cuatrienio. Como en las antiguas cartillas militares las ganas de trabajar por su Hermandad y el sacrificio personal y familiar que están dispuestos a ofrecer de la manera más altruista se les supone.
La puesta sobre la mesa de la trayectoria y la gestión realizada estos últimos cuatro años que avalan a José María Flores, se enfrentarán en unos comicios electorales ante la avalancha de ideas -algunas novedosas y otras no tanto- presentadas por Carlos de Paz para poder optar a la vara dorada de máximo mandatario, y sobre todo, como principales responsables de seguir llevando a buen puerto esas ilusiones de un grupo de piadosos gitanos que, desde aquel viejo arrabal trianero, comenzaron a dar forma a este bendito sueño llamado Hermandad de Los Gitanos.
Solo rogar a nuestros benditos Titulares, que tras esas ocho horas, donde los hermanos con su voto, inclinen el fiel de la balanza hacia una candidatura u otra, quede clausurada con la proclamación del Hermano Mayor electo y que, desde ese mismo momento, los que no hayan tenido el suficiente refrendo para acceder a tomar la responsabilidad del gobierno de la Hermandad queden a disposición de la misma para lo que fuese menester.
Pero sobre todo, que aquellos a los que los hermanos le otorguen la responsabilidad de su gobierno, jamás olviden que no solo serán los representantes de los que los hayan votado, sino principalmente, de aquellos que no lo hicieron, demostrándoles con su actitud y su talante que una Hermandad de Los Gitanos abierta y unida jamás encontrará barreras que ponga límites en la consecución de sus logros y sus metas.
Llegó el día donde los hermanos dictan sentencia, pero al amanecer de la jornada siguiente al conteo de los sobres depositados en las urnas, hemos de ser conscientes que los 19 Oficiales elegidos no serán nadie si este singular sueño lo pretenden realizar solos o con la única colaboración de sus cercanos y adeptos.
Ante nosotros, los hermanos de Los Gitanos, se abre una nueva etapa que nos encamina hacia un futuro de buenos augurios, que el Señor de la Salud y nuestra Madre de las Angustias nos concedan el acertado criterio para con nuestro voto poder seguir engrandeciendo nuestra singular Institución.
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