Por parte de esta redacción ha sido una postura consensuada que hemos creído conveniente hasta que en el proceso electoral en el que nos vemos envueltos desde el pasado mes de Octubre se han ido ajustando las piezas del rompecabezas de las dos candidaturas, que hasta el momento y a escasas fechas del cierre de presentación de candidatos, apuntan cada vez más, de ser las únicas que van a concurrir a los comicios electorales del próximo 30 de Enero.
José María Flores y Carlos de Paz parecen ser los postulantes a asumir la responsabilidad de la vara dorada de nuestra Corporación los siguientes cuatro años. Ambos candidatos procedentes de la Junta de Gobierno que en su momento presidiera Pepe Moreno, en la que Flores, actual Hermano Mayor, tenía asignadas las funciones como responsable del área económica como Mayordomo Primero y De Paz el desempeño de las propias de su función como segundo de a bordo en el cargo de Teniente de Hermano Mayor.
Ante la imposibilidad de la renovación en el cargo de Pepe Moreno como Hermano Mayor por haber consumido los dos periodos de mandato que le permitían nuestra Normas Diocesanas, se pudo llegar a plantear la posibilidad de consensuar que uno de los componentes de la Junta intentase asumir el mandato de los siguientes cuatro años acogiendo en el seno de la misma al otro candidato, pero la tarea fue totalmente imposible .
Debido a puntos de vista contrapuestos en las formas de gestionar la Hermandad, a una total falta de acuerdos de cohesión para mantener el grueso de los Oficiales salientes por parte de unos y otros, a una división de posicionamientos visiblemente distantes basado en ideas encontradas, agravadas por un elevado número de dimisiones en el seno del equipo directivo y, sobre todo, por los inexplicables problemas observados y filtrados desde el propio seno de la Junta de Gobierno en el área de la gestión económica que salieron a la luz, que conllevaron sucesivas denuncias en Palacio Arzobispal de gestiones faltas de claridad y que hasta el día de la fecha, aún no han quedado medianamente esclarecidas, el acuerdo fue imposible a todas luces.
Por todo lo antes expuesto, el candidato De Paz, después de haber hecho pública en prensa y redes sociales su idea de presentarse como candidato a Hermano Mayor, dio un paso al lado desestimando su primitiva postura y quedándose fuera de los pasados comicios, mientras la candidatura de Flores siguió hacia delante.
Cuatro años después, y según manifiesta en todas sus declaraciones, vuelve a la palestra electoral, y en esta ocasión al parecer de verdad, tanto Flores como De Paz se verán las caras ante las urnas a la espera de que los hermanos refrenden con sus votos sus inquietudes y sus ideas.
Con un cartel prácticamente cerrado, aunque hasta el momento no presentado, el equipo que encabeza Flores irá compuesto por el 90% de los Oficiales que han regido la Institución en los últimos cuatro años, haciendo patente el continuismo de una gestión realizada en tiempos de pandemia.
Por parte de De Paz, con la totalidad de su Candidatura ya cerrada y presentada, ha conseguido un plantel compuesto por una gran cantidad de apellidos sumamente reconocibles en el seno de la Corporación procedente de familias de las llamadas de toda la vida, pero con una apreciable falta de experiencia como Oficiales en el desempeño de estas labores en la propia Junta de Gobierno donde tan solo cuatro de los diecinueve han sido Oficiales de Junta de Gobierno.
Desde las futuras publicaciones que irán apareciendo en este bloc intentaremos que lo que se vaya reproduciendo en nuestras diferentes editoriales o artículos obviar el posicionamiento hacia ninguno de los candidatos hasta ahora previstos. Cierto es que las mochilas repletas de debes y haberes de ambos candidatos tienen un peso específico propio, encontrando en ellas antiguas gestiones, pasadas promesas y toma de decisiones que han quedado suficientemente plasmadas en prensa, redes sociales y en la memoria de los hermanos, y que en el tiempo que resta hasta la apertura de las urnas, intentaremos discernir convenientemente entre las que se han realizado y las que se han ido quedando en los rincones de una efímera memoria, procurando exponer por nuestra parte opiniones ecuánimes de donde los hermanos de la Hermandad Sacramental de Los Gitanos puedan extraer, de entre los recovecos propagandísticos electoralistas, otra visón del prisma con el que se presentan.
Suponemos que ambas candidaturas harán patentes sus programas electorales en breves fechas en las que, una vez observados con detalle, nos sirvan para ofrecer comparativas entre lo prometido y lo realizado, de todo ello realizaremos diferentes exposiciones de lo que bajo el prisma de nuestro criterio pudiese ser interesante, publicando las opiniones que esta redacción considere de interés.
Solo desear que sean unas elecciones tranquilas, honestas y de concordia como no podríamos esperar menos en una Institución como la de la Hermandad Sacramental de Los Gitanos.
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