miércoles, 31 de julio de 2019

UN SERVIDOR DESDE EL SILENCIO

SALVADOR MANUEL DIAZ POZUELO
Hoy es un día especial para nuestra Hermandad y para la vida de un hombre bueno y servidor de la misma que, en esta fecha, va a conseguir su tan merecido descanso después de una larga trayectoria profesional en diferentes empresas, y a la que pone su colofón para culminarla en esta última década en la atención cara a cara con los hermanos en nuestra Casa de Hermandad.

Salvador Manuel Díaz Pozuelo, el hijo del entrañable Rafalín, un hermano antiguo de los tiempos de penurias, de los que padecieron los desmanes de una guerra entre hermanos, del operario de la antigua cristalería de Jaime del Pozo que, en sus escasos ratos de ocio, buscó quien regalase una máquina de coser para que, con los beneficios de su rifa, se pudiesen reponer parte de los enseres perdidos en tiempos de vacas flacas para nuestra Corporación y, a la vez, inculcando el amor en su hijo Salvador,  a unos Sagrados Titulares casi recién estrenados.

Vecino de la Puerta Osario hasta que la diáspora de los años 60 lo hizo emigrar a las calles del Polígono de San Pablo, compartió los juegos de su feliz infancia al amparo del Muro de los Navarros, viviendo calores de antiguos veranos y riadas de un desbocado Tamarguillo que convirtió por unos días las inmediaciones del extinto Convento del Valle en una efímera catedral veneciana, acumulando años de infancia entre la cercanía de la Hermandad de sus amores y la anual añoranza en la distancia, de su constatada fe por su Virgen del Rocío en las marismas onubenses y las fervientes pisadas por las arenas, de tantos y tantos caminos realizados desde su pasada juventud para arrodillarse a sus plantas.

sábado, 13 de julio de 2019

MIRANDO CON EL RABILLO DEL OJO

Es tiempo vacacional, tiempo de reflexión, los veraniegos capillitas nos disponemos a cargar las baterías en este periodo estival para dar comienzo a un largo curso cofrade en el que se esperan esas supuestas tomas de decisiones que puedan lleguen a marcar el rumbo de una Semana Mayor que, por diferentes motivos, y basados en la confianza de intentar soluciones sustentadas en un trabajo bien realizado avalado por criterios de igualdad y de buenas intenciones, puedan aportar un buen cúmulo de ideas renovadoras que den soluciones necesarias a una, cada vez más, caótica fiesta.

Estos criterios deberían estar basados en un mínimo de coherencia, olvidando las tan llevadas y traídas soluciones de medio pelo con las que se dejen contentos únicamente a una supuesta élite conocida por todos que marcan el compás de nuestra semana grande y, a la que parece que tememos incomodar en su zona cómoda pudiendo alterar su horarios e itinerarios de derechos adquiridos tanto desde Palacio Episcopal como desde el Consejo de Cofradías, y todo ello, con el beneplácito de los responsables del Consistorio sevillano que como alguna figura de algún que otro misterio se siguen lavando las manos.

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